jueves, 6 de mayo de 2010

Azul

Tristeza que se siente, desde muy temprano.

Querés llorar, no lo lográs.

Te aguantás,
te privás del derecho de lagrimear.
La cama se vuelve tu desahogo,
quisieras no tener que levantarte para ir a trabajar y ver a toda esa gente que te restriega su felicidad en la cara.

Lo pensás mejor, sos feliz. Sin embargo, la tristeza te sigue sofocando.

Tristeza, no te deja en paz. Ni lo hará en ningún momento cercano.

5 comentarios:

Duffboy dijo...

Esto requiere otro tipo de ayuda. Conversaremos, con besos intercalados.

Engler dijo...

o como diria un poema de payeras...

"a todos los que no se angustian
desde temprano

no comen en media hora
y piensan que la felicidad es un trabajo estable

: congratulaciones"

Saludos,

Mishu dijo...

Perdón por la tardanza en la respuesta. Prometo tratar de no abandonarlos así.

Amor, besos intercalados y conversaciones extensas. El mejor remedio.

Engler, gracias por tu visita, la tristeza es una perra que a veces ataca a la yugular. Necesita que le soben las orejas y así se calma. Saludos.

La histerica dijo...

Dejavu!

Mishu dijo...

Abrazo!