Tristeza que se siente, desde muy temprano.
Querés llorar, no lo lográs.
Te aguantás,
te privás del derecho de lagrimear.
La cama se vuelve tu desahogo,
quisieras no tener que levantarte para ir a trabajar y ver a toda esa gente que te restriega su felicidad en la cara.
Lo pensás mejor, sos feliz. Sin embargo, la tristeza te sigue sofocando.
Tristeza, no te deja en paz. Ni lo hará en ningún momento cercano.
jueves, 6 de mayo de 2010
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