"No se puede cambiar de corazón como de camisa sin perder la sonrisa (...) no se puede cambiar de corazón como de sombrero sin haber sufrido primero".
Y como siempre el sabio Calamaro tiene toda la razón del mundo.... Esta semana he pensado sobre un montón de cosas relacionadas con el corazón, no sólo por las cosas que pasan en mi vida, sino también por las cosas que veo en las situaciones de amistades cercanas, que parecen haber salido del libro de mi vida.
No se puede pretender estar en una relación llena de indecisiones, muchas veces solo toma agarrar las cosas que llegan y disfrutarlas. Es difícil cuando uno está aferrado a alguien, lo cual no termino de entender porque pasa... Puede ser que sintamos que las cosas no son reales si no hay conflicto, pero el aferrarse a alguien que no termina de decidir que quiere en esta vida, cuando nosotros ya lo decidimos, es lo peor para una relación. La persona que ya está decidida se la pasa sufriendo con los "ups" and "downs" de la otra, que intencionalmente o sin querer, la está haciendo sufrir cada vez que cambia de parecer.
El punto de esto, está en la canción de nuestro querido Calamaro, no podemos cambiar de corazón tan fácil sin perder algo y sufrir un poco. Después de varios años pasando por las mismas situaciones, al fin tengo un buen consejo para la amiga o amigo que lo necesite... Es difícil salir de relaciones tormentosas e iniciar una que vaya al suave, por el hecho de que nos acostumbramos al conflicto, nos acostumbramos a estar peleando a diario y creamos un patrón que define el resto de nuestras relaciones, pero claro, no es imposible ponerle un alto a la situación y seguir adelante. Las personas buenas merecen ser felices, no es justo que venga alguien y en su propia miseria quiera hundirte con el. Lo grueso es tomar la decisión, pero al final vale la pena.
Después de mucho tiempo con las personas no adecuadas uno aprende a apreciar y valorar a la persona que se esfuerza y trata de hacer todo bien contigo... No sólo uno lo valora y lo aprecia.... Lo disfruta y lo vuelve recíproco. Y es cierto "no vale la pena hablar de aquellos años pasados".